De palabra

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José Guadalupe Rocha Esparza

Ser una persona de palabra es una cuestión de honor, virtud importante que vuelve a la gente confiable, digna de confianza, atributo de gran valor en una sociedad porque es alguien en quien podemos creer, tanto por su buena fe, reciprocidad e integridad, esa firme congruencia entre lo que se piensa, se dice y se hace. Si no la hubiere, las palabras no sirven de nada.

Ser una persona de palabra es una cuestión de honestidad, donde las promesas y acuerdos se cumplen, creando una convivencia social constructiva, edificante. La palabra es la única certeza del hombre. Decía Luis Donaldo Colosio en su campaña: Soy un hombre de palabra, y la empeño ahora mismo para comprometerme al cambio que he propuesto.

Ser una persona de palabra es una cuestión de ética. Bíblicamente, la palabra de Dios debe honrarse. Recuerdo a don Ángel Esparza que solicitó un cuantioso préstamo bancario sin contrato, firmas ni avales para saber y confiar que mi abuelo tendría palabra de cumplir el compromiso adquirido. Ahora pareciera que la sociedad tiende a patrasearse o volverse reculativa.

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