Estamos solos

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Por Erik Jurado

 

Octavio Paz en “El laberinto de la soledad” trata de comprender el fenómeno del mexicano utilizando una pésima herramienta; el psicoanálisis. En el ejercicio descriptivo y explicativo del literato el mexicano es un individuo caracterizado por su sentimiento de soledad debido a su historia y la distancia que se impone con otros miembros del grupo.

Me parece que por los medios equivocados y las herramientas inapropiadas Paz llega a una conclusión que hasta el día de hoy parece acertada, los mexicanos somos una cultura de la soledad, del individualismo.

Recientemente tuve oportunidad de levantar mediciones de personalidad en una muestra representativa de jóvenes de la ciudad y observé sin sorpresa, pero con precisión que la juventud (y seguramente quienes ya no somos tan jóvenes) comprende al mundo y sus dificultades como una travesía en solitario; “no estamos aquí para nadie, ni nadie está para nosotros”.

Desde una perspectiva crítica, un rasgo como ese es socialmente auto destructivo, y si como pueblo no estamos en las mejores condiciones no es porque los gobiernos sean pésimos, sino que es por que como sociedad somos pésimos.

Tenemos una tendencia caníbal arraigada en la cultura y probablemente promovida por intereses concretos. Vale más mantenernos en constante pugna que permitir nos organicemos.

Vale la pena romper esa vieja dinámica que se soporta en conductas y arcaicos esquemas de pensamiento netamente corrosivos, es tiempo de tomar conciencia e integrarnos en una cultura más colaborativa y menos pesimista y egoísta.

Estamos solos porque hemos decidido estarlo y creer que lo estamos. Soy claro en que otro tipo de relaciones son posibles y nosotros podemos construirlas, es factible mayor organización entre personas y una colaboración más honesta y desinteresada.

Es obligación de nosotros, las familia, la instituciones educativas centrar esfuerzos en generar una sociedad con mayor confianza y solidaridad, acoger los valores de la colaboración, el compromiso, el orden, la seguridad en nosotros y los demás para conseguir una sociedad menos quejosa, menos pesimista, más centrada en soluciones y menos centrada en cómo no hacer las cosas.

Realmente no estamos solos, en realidad lo asumimos así y generamos un ambiente de desconfianza y guerra, donde estamos en continuo agravio y dolor.

El laberinto de la soledad está en nuestras decisiones y no en disposiciones inquebrantables, somos aptos para seguir adelante y romper la dinámica, sólo cuando nos demos cuenta que la lucha es contra la adversidad y no con nuestra propia gente.

Un comentario

  1. Tiene mucho significado, yo recuerdo en mi infancia que a nuestro presidente actual, quien aún no tenia ese cargo; pedirle huevo ya que estabamos realizando esa actividad para la escuela ya que necesitabamos ese recurso para una feria de ciencias, eso quedó marcado para ellos y para mi.
    Creo que los funcionarios tambien son parte de esta sociedad egoista que solo quieren para ellos y aquí esta la muestra, pero bien dice el que no da cuando tiene poco menos lo hará cuando tiene más.

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