HABLEMOS DE ALGUNOS “LIDERES SINDICALES”

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Por: Lic. Alejandro Chávez.

Manifiesta Covarrubias, (2009):

El sindicato permea toda la vida laboral de los trabajadores de la educación: la ocupación de puestos directivos, la carrera académica, la adscripción, el disfrute de becas y licencias, etcétera. Los dirigentes sindicales ven en sus cargos la posibilidad de dejar de pertenecer al magisterio y formar parte de la clase política, por lo que se ocupan más en las cuestiones que tienen que ver con los cotos de poder y los vínculos personales, que con los asuntos propiamente laborales los cuales también son tratados con criterio político. Los dirigentes sindicales no velan por los intereses laborales de sus agremiados; manejan los intereses laborales de sus agremiados con un sentido político grupal”.

En un sentido exacto sindicato es: una asociación de trabajadores creada con el fin de defender los intereses económicos y laborales de sus miembros; pero, ¿Qué pasa cuando se violan esos intereses laborales al otorgar plazas sin conocimiento de la base y mucho menos que entren a convocatoria? ¿Qué pasa cuando existen plazas disponibles y estas pueden ser cubiertas con el mismo personal de la institución, pero el líder sindical opta por beneficiar a sus familiares y a los de su séquito? ¿Qué pasa cuando las plazas que se “convocan” ya tienen dedicatoria? Pues nada, solo crece la indignación y desconfianza de los agremiados, quienes no se quejan por temor a represalias.

 Al sindicalismo actual se le olvida con facilidad el ayer y le importa poco el mañana; quizá por ello el tiempo pasa y los problemas son los mismos o muy parecidos. Quienes ocupan los principales puestos son los mismos de siempre -tal parece que son puestos vitalicios o que entre sus filas no existe personal capacitado para dicho fin -independientemente de que cumplan o no con el perfil deseado.

Un sindicato solo tendrá cabal sentido cuando se eliminen las malas prácticas como el compadrazgo, el nepotismo, la corrupción, los vicios añejos y la alteración de las formas; garantizando la trasparencia en los procesos.

Al paso que se transita, todo principio de buena fe que pretendía el sindicalismo, quedará erradicado como todo lo que tocan sus pseudolíderes.

Sería bueno darles a todos los agremiados (y no a los mismos de siempre) una mejor oportunidad de la que hasta ahora han tenido.

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