Notas:

La Chinomania, locura mundial

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Por:

Ricardo Urquidi

A lo más lejos que había llegado Parral en captar la atención mundial fue cuando asesinaron a Pancho Villa en 1923, después en 1948 con las medallas olímpicas de Humberto Mariles, vivimos momentos de esperanza nacional con Gary Cano, con Andrés Anchondo y Vanessa Zambotti, pero ahora con un mundo global, con una cobertura mediática inmediata, con Misael como el único integrante de la delegación mexicana en asegurar medalla, aunado al natural carisma del parralense, con toda una industria de medios de comunicación ávida de héroes, de historias, Parral en estos momentos vive una locura mundial con el arribo de comentaristas, enviados especiales para estar en la casa de Misael y trasmitir en vivo todas las incidencias de la pelea desde la óptica familiar de su madre , entrenador y familia.
Aurelia, Madre del Chino, está en su cubículo de TELMEX, en la Molino del Rey, su centro de trabajo desde hace ya más de 20 años, su celular repiquetea incesantemente, por otro lado el teléfono de su empresa le requiere atención laboral, en los últimos días ha recibido llamadas de Washington, de China, de Telemundo, de Univisión, de ESPN, de Fox Sport, de Televisa, de Tv Azteca, solicitando una entrevista y permiso para trasmitir desde su hogar en los momentos en que El Chino va a disputar el pase a la final de los 75 kilogramos, cuando se desocupa, con esa paciencia infinita de estar repitiendo lo mismo a cada medio de comunicación, tratando de mantener la sangre fría, suena una llamada por el teléfono de la empresa: “La Señora Aurelia Olivas?”, “Si”, “ Hablamos desde la Dirección de TELMEX, el Señor Héctor Slim, quiere hablar con usted, permítame un momento”, Aurelia se sorprende, de todas las llamadas que ha recibido esta es la que más la asombra, “Aurelia habla Héctor Slim, solamente para felicitarla por los logros de su hijo y desearle lo mejor”, la Madre del Chino, originaria de Ciénega de Ceniceros, no sabe que decir; “Gracias”, “Si sabe que nuestra Abuela era de Parral”, “ Si una familia muy exitosa, quiero decirle que siempre le he dicho a mis hijos, que gracias a TELMEX los he podido sacar a todos adelante y que es una gran empresa”, “Gracias y lo mejor para su hijo”, al colgar Aurelia recapitula todas sus palabras esperando no haberse equivocado con tal personaje.
Por otro lado en Rio el mismo Chino declara: “Ya me cambio la vida, ya amanecí con otra actitud, ya sé que estoy cerca y no voy a dejar ir esta oportunidad”, todos los medios nacionales e internacionales quieren una entrevista con El Chino, se las concede a todos con una condición: dejarlo concentrarse ya para la pelea, a partir de la tarde del miércoles, cero entrevistas, la pelea contra el uzbeko tiene prioridad sobre todo, los trenes olímpicos solo salen cada cuatro años, las medallas olímpicas solo tienen vigencia para todos aquellos que las sueñan, las añoran y son capaces de sacrificar todo a cambio de la gloria.
En Parral hay una efervescencia por el combate del jueves, no se habla de otra cosa, hay un nerviosismo natural, nadie quiere despertar del sueño que se vive, nos contagiamos unos a otros, el negativismo no tiene espacios, hay que pensar en las armas de Misael y su carácter, su empuje, su vocación natural de ir para adelante, pensar en las cualidades y defectos del de Uzbekistán, no es más que el espíritu, la fuerza de reunir todas las vibras posibles para que en un cañón cósmico lleguen a la Arena Rio Centro, Pabellón 6 e impulsen al de la Capital del Mundo.
Mientras tanto la espera, desespera ya queremos que sea la una de la tarde del jueves, conocer el resultado y de ser positivo, volver a explotar en jubilo, en positivismo y gritar: “Arriba el Chino”

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