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Por Erik Jurado
Al entender con profundidad nuestra estancia en el mundo, con una presencia pletórica de posibilidades, tarde o temprano caemos en cuenta de que nuestros actos deben llevarnos irremediablemente a un estado de gratitud, plenitud, gracia y regocijo que denominamos felicidad o bien a su opuesto; la infelicidad.
La felicidad es una de las posibilidades humanas. Entender nuestro mundo y el impacto de nuestros actos en este espacio de tiempos y lugares maravillosos nos lleva al asombro.
La felicidad es tema analizado por muchas personas, conocedoras y no, a lo largo del tiempo que hemos estado presentes en este mundo.
Existen preguntas clave en el terreno de la felicidad como: ¿puede conseguirse la felicidad en edades tempranas? ¿Se accede a la felicidad mediante el despojo de nuestras necesidades? ¿Se es feliz fuera de lo material? ¿Sólo es feliz el que logra el reconocimiento de su contexto? ¿La felicidad es asequible sólo a los seres humanos u otras especies pueden participar de ella? ¿Se es feliz todo el tiempo o sólo en periodos cortos de regocijo? ¿la felicidad es diferente para cada persona?
Tal parece que todos queremos llegar a la felicidad pero no existe un común acuerdo de donde queda y como es ese lugar.
En ese sentido dedicaré una serie de escritos para analizar, pensar y discutir los conceptos de felicidad adoptados por diferentes filósofos, pensadores, religiones a lo largo de la historia. Creo que de este análisis podemos conformar un dialogo muy interesante y productivo, invito a mis lectores a seguir estas publicaciones las próximas semanas por los diferentes medios en los que participo pero también en mis redes personales. Pueden buscarme en mi espacio de facebook como Erik Jurado y twitter y enviar sus comentarios, me interesa escuchar opiniones de gente que esté interesada en este tema que toca a todos los seres humanos.
Durante las próximas semanas me interesa construir una opinión social, pero también analizar los preceptos de las civilizaciones antiguas, de grandes filósofos, de las religiones, de la voz popular e incluso de nuestros abuelos, así que será este un ejercicio muy enriquecedor y en el que todos podemos participar.
Al final del camino a todos y cada uno nos interesa ser felices