Por
Erik Jurado
Nuestro Estado cierra un ciclo, para muchos glorioso, para otros injusto y lleno de opacidad, todo depende del lugar y postura que se ocupen y la forma como se analice la situación y cuales sean los valores que van de por medio, pero también depende de la cabeza que observa y lo que está dispuesto a entender y aprender de todo esto. Lo cierto es que estamos a pocos días de que termine el primer gobierno de parralenses en el Estado de Chihuahua. Y eso, en consecuencia impone retos que debemos confrontar de manera valiente y decidida.
Aunque para algunos hay coas que perseguir o investigar, para otros fue tarea cumplida, lo cierto es que se sucederán en el ambiente social, económico y político algunos movimientos que traerán consigo acomodos y situaciones que nos harán mudar viejos hábitos. Avizorar con tiempo las situaciones permite siempre estar preparados para lo que venga. Aquí me gustaría apuntar algunas situaciones que alcanzo a observar y retos que debemos asumir como sociedad luego de lo sucedido.
No soy alguien que se sume al maniqueísmo simplón que adoptan muchos por comodidad o conveniencia, creo que luego de esta gubernatura hubo aciertos y yerros y es más inteligente centrarse en soluciones que excusas y lamentos.
Tenemos frente a nosotros un grupo de parralenses valiosos o no, que vuelven a casa y que con ello obligará a replantear lugares, puestos y direcciones, un municipio que obviamente será soslayado por la próxima administración debido esa evidente repulsa que se respira en el Estado, tenemos a una sociedad que nunca supo asumir estar a la cabeza del poder y que no logró consolidar cosas realmente grandes.
Desde mi postura este escenario nos deja una impronta clara; necesitamos un cambio de dinámica social y la construcción de un nuevo modelo de parralense. Adolecemos de una cultura mucho más cooperativa, progresista, analítica y crítica pero proactiva a la vez. Debemos dejar atrás esa postura ladina y cómoda donde se critica todo y se defiende nada.
Debemos diversificar nuestras actividades productivas y apostarnos por una valentía fundamental, pues ante la marea que se avecina lo cobardes sólo hundirán el barco. Desde mi revisión creo que se aproximan tiempos difíciles que necesitan e invitan a la insurgencia de héroes locales, nos enfrentamos entonces a una situación ambigua; una donde la adversidad nos acoge y ahuyenta, pero también de donde surgirán los próximos lideres generacionales.
Invito entonces a mi amigo lector a identificar los retos que se avecinan en su lugar en esta bella ciudad y encararlos con fuerza y decisión.