DICHO POR ROCHA
José Guadalupe Rocha Esparza
La era digital y la tecnología han transformado nuestra relación con la lectura, ocasionando que nuestra capacidad de retención disminuya, que la memoria se debilite y que seamos menos críticos, dice Juan Villoro en su nuevo libro No soy un robot, un conjunto de géneros entre editorial, ensayo, crónica y periodismo. Ahora leemos en fragmentos por WhatsApp o alertas.
Las aplicaciones vampíricas de los teléfonos celulares hacen que saltemos de pantalla en pantalla, sin concentración alguna, seduciéndonos por un interés extractivo de la mercancía más valiosa: nuestros datos personales. El umbral de atención se ha reducido por leer en pantalla en vez de papel. Nuestra impaciente memoria la tenemos ahora en prótesis electrónicas.
Memorizar números telefónicos, estaciones de radio o canales de televisión es memoria inútil. Algunas facultades de retentiva se pierden al seguir la flechita en el GPS para llegar a un sitio. En el mundo digital todo se multiplica y abarata: los seguidores no son seguidores; los amigos no son amigos. Se vive más el mundo espectral que en el mundo de los hechos.