PANCHO VILLA Y LA EDUCACIÓN

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Es importante destacar la preocupación del Centauro del Norte por la educación, cuestión que le llevó a construir 50 escuelas en un mes, tal hecho se suscitó en su corto tiempo como Gobernador.

Un breve repensar de la historia nos permite detenernos en los —¿Por qué?, en los —¿Cómo?

Partimos de una disyuntiva que interesa a los villomanos y asombra a los no tan simpatizantes de su campaña armada, es la siguiente:

— Sin dirimir en la veracidad de los sucesos que lo llevaron a ser lo que fue, una vertiente de la leyenda negra nos presenta a Villa como: El forajido, el bandolero, el hombre que vivió a salto de mata, huyendo de las autoridades desde temprana edad, el joven homicida, aquel abigeo huraño, el robavacas que no sabía leer ni escribir.

Pero la narrativa también nos cambia el oriente y nos deja ver a un revolucionario que conocía la importancia de lograr que los mexicanos obtuviesen una oportunidad en el mundo de las letras.

Es aquí donde muchos estando o no de acuerdo con la historia llena de cortinas de humo y sus tergiversadas líneas, nos damos la mano.
Paco Ignacio Taibo II, en la Biografía Narrativa que escribe sobre Pancho Villa (2006); intenta reconfigurar la historia que se nos ha contado mal.

Nos muestra un Villa lejos del mito y muy cerca de la pobreza, de la desigualdad, víctima de la oligarquía, un Villa que disfrutaba de las malteadas de fresa, abstemio, enemigo empedernido del alcohol, destructor de cantinas y juez de hierro contra quien se perdiera en sus efectos, al grado de mandarle a fusilar, un Villa  que se negó 10 veces a acompañar al Gral. Zapata en un brindis con una copa de coñac, en aquel encuentro en Xochimilco en 1914 ; y sin lugar a dudas, un vengador que se esmeró por hacer pomada los privilegios de las clases poderosas, al menos en el Estado de Chihuahua.

Saber existentes las estructuras de nuestra identidad cultural y revisarlas bajo la mirada crítica; resulta un afán necesario para cuestionarnos el mundo, la política pública del castigo y las formas de educación que han prevalecido debido a la intervención de las clases económicamente más pudientes en las decisiones del país.
Descubrir un mundo donde se invisibiliza la tardía justicia, la incapacidad del Estado para crear mejores y más oportunidades de seguridad humana, profundizar en las capas de la sociedad moderna y encontrar una realidad desdeñable que ha persistido a pesar de las luchas y las guerras en pro de la libertad y el progreso.

Desde ese momento en que cada ciudadano se permite ahondar en los componentes de su existencia, se hace conciencia de la gran herida histórica que yace abierta a merced de los depredadores que vivazmente logran sus fortunas con el trabajo, el sudor y hasta la sangre de las clases trabajadoras, la realidad se vuelve insoportable, tal como lo mencionó Paulo Freire (1970) en su obra: La pedagogía del oprimido, en la cual nos muestra la educación diseñada por el Estado como un método de sujetacion y dominación, un sistema de control social donde nos dicen que pensar y cómo hacerlo.
En relación con lo antes mencionado, La Criminología como ciencia causal y sintética, se apoya en la estadística para identificar los escenarios sociales que permanecen lejos de las promesas del discurso político, cuestiona la misma estadística atacando su veracidad, pero no altera los indicadores que intentan prevalecer como datos duros.

Según la información de la UNICEF (2018) —De los casi 40 millones de niños, niñas y adolescentes que viven en México, más de la mitad se encuentran en situación de pobreza y 4 millones viven en pobreza extrema. El 91% de niñas, niños y adolescentes indígenas viven en condiciones de pobreza.

En la actualidad, en México hay 90 millones de personas en pobreza y no 52.4 millones como asegura el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL). La primera cifra corresponde al cálculo obtenido mediante el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP), adoptado por el Consejo de Evaluación del Desarrollo Social de la Ciudad de México.

Cifras que permiten recrear la importancia de la ideología Villista, considerar de manera primordial el rompimiento con una educación construida y diseñada por intereses económicos que no obedecen a las necesidades de los más desprotegidos, una educación que no intenta liberar el pensamiento y la reflexión, un aprendizaje mecanicista, memorístico, una falsa identidad que coarta el espíritu prehispánico de nuestro pasado y nos obliga a pensar como la nación que no somos, una educación para obedecer sin cuestionar, un modelo educativo en donde el docente es la figura de autoridad y le da vida a una jerarquía omnipresente que echa mano del castigo para propiciar el orden y el mismo control social:

Continuando con los datos estadísticos por hoy sabemos que:
1 de cada 10 niños y niñas menores de 5 años en México registra desnutrición crónica.

1 de cada 3 niños y niñas de 6 a 11 años presenta sobrepeso y obesidad.

8 de cada 10 niñas y niños de 6° de primaria no alcanzan los logros esperados en las áreas de lenguaje y comunicación.

Casi 3 de cada 10 adolescentes de entre 15 y 17 años se encuentran fuera de la escuela.

En México, 6 de cada 10 niñas y niños de 1 a 14 años han experimentado algún método de disciplina violenta.

(UNICEF,2018, pág. 1)
Desde otra óptica, teniendo como punto de inflexión el pensamiento de uno de los más importantes filósofos alemanes en pro de repensar la historia, su aporte nos permite tejer con mayor claridad la evolucionada idea de Villa sobre educar a los niños para sortear de mejor forma el futuro de la lucha de clases.

Su lucha armada tuvo como eje central, el derecho a la educación y el reparto justo de la tierra.

Vía paráfrasis de Walter Benjamín (1946) — Cuando el impulso de jugar repentinamente invade a un adulto, esto no significa recaída en la infancia. Por supuesto jugar siempre supone una liberación. Al jugar los niños, rodeados de un mundo de gigantes, crean uno pequeño que es el adecuado para ellos; en cambio el adulto, rodeado por la amenaza de lo real, le quita horror al mundo haciendo de él una copia reducida.
En ese orden de ideas, Paco Ignacio Taibo II en su Biografía citada anteriormente, también nos regala un discurso legítimo de la lucha de los oprimidos sobre su liberación.

Villa es la esperanza, es la sed de justicia aunque no haya ley, la dignidad del que menos tiene. La muerte de Villa marca en la historia de la revolución mexicana un fuerte temblor político.

La traición, las ganas enfermas de poder, la política imperialista y el antagonismo de un ejército mexicano confabulado con la tiranía, fueron los elementos que fraguaron el hecho de sangre que selló la memoria de los mexicanos aquel 20 de julio de 1923

Villa se había pacificado y había prometido jamás volver a tomar el rifle, a menos de que sucediera una invasión o que el gobierno tratara mal a su gente.

—Así lo declaró en una entrevista en su hacienda de Canutillo al periódico El Universal, de la autoría de Regino Hernández Llergo.

Finalmente; quizá la siguiente cita nos permita ahondar en la importancia de cuestionar, investigar y debatir sobre los componentes de la historia, dejar de lado egos y desmantelar las verdades irrefutables, retomando el rumbo bajo la conciencia colectiva hacia la dignidad humana.

«No hay documento de cultura que no sea a la vez un documento de barbarie. Y así como éste no está libre de barbarie, tampoco lo está el proceso de la transmisión a través del cual los unos lo heredan de los otros. Por eso el materialista histórico se aparta de ella en la medida de lo posible. Mira como tarea suya la de cepillar la historia a contrapelo.»

Sobre el concepto de historia (Walter Benjamín, 1942, pág. 6)
C O N T I N U A R Á . . .

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