Reinado Domiciano

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DICHO POR ROCHA

José Guadalupe Rocha Esparza

Después de la Dinastía Flavia, Domiciano fue aclamado emperador romano en el año 81, un principado caracterizado de política autocrática, tanto como Tiberio, Calígula y Nerón en excesos, crueldades y menosprecio al Senado, vacío de toda diplomacia, decencia y condescendencia, monarca autoritario que se consideró a sí mismo como déspota afable, benevolente.

Domiciano se apartó de sus predecesores, gobernando a extremos inéditos sin el apoyo de los aristócratas, granjeándose el odio y el desprecio más absolutos por vicioso, depravado, imprudente, propenso al enfado, retraído, traicionero, impulsivo, artero, amoral, excesivo y enemigo confeso de los desobedientes. Erigió su propia estatua ecuestre de seis metros de altura.

Se adjudicó muchas decisiones, atribuciones que ejerció a fondo. Pretendió que se le llamara dominus et deus, señor y dios. Popular entre los soldados, les incrementó sus salarios. Luego asesinado y condenada su memoria, supresión de su nombre por gobernante aberrante, distante de la moderación, que mereció ser olvidado y nunca como modelo de buen líder.

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