Por: Lic. Alejandro Chávez.
Me siento pleno y complacido viviendo en un país en donde todo funciona asombrosamente bien.
De nueva cuenta la nación se vuelca frente a la humilde y modesta figura del pugilista Misael Rodríguez “el Chino”, quien a pesar de todos los obstáculos que enfrento, pudo salir avante y demostrar que cuando se quiere se puede.
Desde luego, aunque es bastante evidente, muchos querrán colgarse la medalla de éste ejemplo de lucha y tenacidad; la cual ojalá y no tenga que empeñar para poder pagar el uniforme marca Adidas que pidieron fiado para participar en la justa olímpica.
Sin lugar a dudas, se puede deducir que la CONADE, sus dirigentes y algunos que otros funcionarios, son unos verdaderos mediocres, pues en un caso retiraron el apoyo a la federación de box, y en otro, negaron el mismo; tal situación no freno las aspiraciones del entusiasta Parralense, quien había prometido una medalla a su Madre, y sin ningún empacho tuvo la osadía de botear en los transportes públicos de la Cd. de México a fin de costearse parte de sus gastos.
Al menos el titular de la CONADE debería de considerar el renunciar a su cargo, sino por dignidad, simplemente porque le quedo grande la chamba; esta es la mejor prueba de la carencia de conocimiento del puesto que desempeña. Lic. Castillo, renuncie ahora antes de que destapen la cloaca.
Ojala y nuestro “campeón” no pase a ser una figura decorativa y en verdad a partir de ya, cuente con todo el apoyo necesario para que siga con sus sueños y no esperar a que se dé un milagro como en “la rosa de Guadalupe”, para que el “Chino” consiga entrenar en instalaciones de alto rendimiento en nuestro país o en el extranjero.
Mención aparte a Rubén Castrejón, entrenador local, quien fue parte fundamental en el proceso del desarrollo deportivo-boxístico de Misael Rodríguez.