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VILLA ATACA COLUMBUS

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VILLA ATACA COLUMBUS

Escrito por: Maestro Jesús Soto

Zygmunt Bauman desarrolla un esbozo en tema de educación que delimita el pensamiento crítico en relación a este breve escrito, en uno de sus libros llamado, En busca de la Política, publicado en el año 2009, para ser exactos en el capítulo 3, cepilla a contrapelo la concepción moderna de la situación política en la que el gran número de mexicanos nos podemos encontrar.

El credo de No hay alternativa — orientación que nos lleva al suicidio intelectual, al segregacionismo, a la indiferencia rapaz ante las manifestaciones de la deshumanización del capitalismo y sus prácticas neo -esclavizantes, a rechazar toda protesta, todo intento de liberación y emancipación, Nietzsche la llamaría Nihilismo, pero quizá no en un sentido positivo a lo que el alemán diseñó desde la filosofía moderna, solo queda interpretar el motivo por el cual Nietzsche se muestra contradictorio ante la idea de Platón sobre la moral, pero su vertiente filosófica utópicamente parece unirse como el cielo y el mar en un horizonte atemporal—  podemos deducir que: El hombre (humanidad) ha dejado de pensar,  el mito de la caverna lo muestra, el hombre permanece sujetado por las propias condiciones que el mismo crea, aún después de saberse sujetado se niega a liberarse, el liberado esta fuera de la normalidad.

 

Repensando la historia y la construcción de los mitos que le dieron vida a nuestro inconsciente colectivo, podemos hablar de aquel día, del mero 9 de marzo de 1916, es echar una raya en el agua, así versan las expresiones populares de los villomanos que, aún viven en las inmediaciones de aquellos pueblos.

Una representación muy reducida de las filas de la División del Norte ingresa a Columbus, no hay un número exacto, se dice que eran 400 hombres, dos columnas a pie, se enfrentan a otra representación del ejército americano en el perfil de la frontera, un regimiento de segunda, soldados de caballería, esperan un posible ataque, algunos chismosos ya habían informado que las tropas de Villa andaban cerca de la línea divisoria.

Este acontecimiento dado a conocer como invasión, nos empuja a poner la tilde sobre el hecho hipotético que daría pie a la intervención de Estados Unidos en el conflicto armado, iniciado en 1910.

Hemos hablado de desmitificar la historia, cuestionar los sucesos desde diferentes perspectivas, una de ellas es la pedagogía crítica.

Entrando en materia de análisis con el afán de reclamar la veracidad de las narraciones que han sido heredadas, contadas, reinterpretadas, empero; pocas veces confrontadas, desatamos los nudos de tinta para poner en la mesa el primer cuestionamiento.

— ¿Estados Unidos aprovechó la coyuntura del suceso para buscar intereses en el suelo mexicano —o la supuesta invasión era parte de un plan invisible, trazado desde un inicio del conflicto y durante este tiempo ha permanecido oculto ante los ojos de los mexicanos?

Si este cuestionamiento es positivo, tenemos una historia mal contada. Es una premisa básica citar a dos de los biógrafos más controversiales del Centauro del Norte, uno de ellos es Friedrich Katz y el otro es Paco Ignacio Taibo II.

No dejamos de lado el trabajo de Pedro Salmerón y Jesús Vargas, quienes son sin duda vertebras primordiales de la crítica histórica al Villismo.

Katz en su obra publicada en el año 1998, reactiva la mirada de los villomanos que parecíamos perdidos entre el canto de las sirenas, distraídos por la historia formal proliferada por el Estado, instituida por el sistema educativo, arrodillado ante los gobiernos alineados a las políticas de lo que pereciese un eje neoliberal primitivo, una educación encubridora de aquel intervencionismo, este tipo de educación que no permite al alumno cuestionar, nos pone distancia entre sucesos traídos a los libros de texto con gran opacidad, polarizando en groso modo, el caudal de verdades en torno a las causas de un levantamiento armado de esa magnitud, la obra de Katz, nos reubica ante un Villa que pareciese totalmente independiente al maderismo, aunque partidario de su ideología, adherido a una sola causa; la justicia social sin ley. En relación a lo mencionado, la siguiente cita nos permite ver los lados del prisma que permanecen ocultos en tema de veracidad histórica y analizar de que forma la creación de los mitos y las leyendas proceden de manera potente en la identidad de nuestra sociedad.

“El objetivo de la educación es inducir a los individuos a internalizar las normas que de ahí en más guiaran sus comportamientos” Bauman, pág. 82

Después de aquel 22 de febrero de 1913—(asesinato de Madero), la desesperanza del Gral. de la División del Norte, le llevaría a revindicar su desafiante inteligencia militar. Pancho empieza a tomar decisiones, a causa de su conflicto con quienes encabezan en ese momento el ideario revolucionario, con poco apego a Zapata — Villa era el hombre responsable de comandar, ordenar y responder de los hechos de 40 mil hombres, se empodera de una manera peligrosa a los intereses de Plutarco Elías Calles y Obregón, quienes buscarían la cúpula del poder años más tarde.

Parafraseando a Taibo II— imaginemos 400 trenes y una fuerza de caballería que soportaba a otros 20 mil desalmados, miles de rifles, miles de pistolas, campesinos llenos de bravura y cientos de mujeres que apoyaban desde diversos frentes, una escena magistral, uno de los ejercito civiles más grandes de la historia del planeta.

—¿Cientos de mujeres? — sí, pero también invisibilizadas por la historia que cuentan e hicieron formal los que se quedaron en el poder; enfermeras de combate, no solo cocineras, metidas en ese rol de sumisión que abraza la tradición machista, hablamos de mujeres artilleras, soldaderas, combatientes, pero que la historia contada por el sistema, las ha reducido, despersonalizado y colocado en el molde conductual que durante mucho tiempo le dio vida a su propia opresión.

En la biblioteca del congreso (2017), algunos aspectos expuestos sobre el tema dicen:
La población, en general, perdió rápidamente el respeto que profesaba hacia las mujeres soldado y a las seguidoras de los campamentos. Durante el conflicto, las soldaderas fueron controversiales. Antes de que México reformara sus fuerzas armadas después de la Revolución, era obvio que las soldaderas no siempre incluían esposas y familiares. El nuevo gobierno hacía hincapié en que las soldaderas sólo llevaban a cabo tareas domésticas; algo que hubieran hecho de igual manera en sus hogares si no fueran siguiendo a las tropas. Al reducir la importancia de las soldaderas y borrar la idea de que muchas habían participado en combates, el gobierno podía reducir todavía más la ya insignificante ayuda que las veteranas de guerra percibían. Carranza ofreció una pequeña pensión sólo a las mujeres que fueran familiares de soldados caídos en el campo de batalla. Con su negativa a extender pensiones a las ex-soldados, Carranza esencialmente estaba ignorando el hecho de que las mujeres desempeñaron un papel importante en combate

Pág. 2
Por otra parte, en eso se convirtió aquel robavacas, en un dolor de cabeza inminente para los gobiernos que tenían serios intereses en meter sus manos a la riqueza nacional.

Se habla de una operación de inteligencia militar por parte de soldados Villistas, encubiertos llegaron a las inmediaciones del pueblo llamado Palomas, límite del suelo mexicano, colindante con Columbus Nuevo México, a unos 154 km de Ciudad Juárez, una avanzada para hacer trabajo de inteligencia.

Por otro lado, el resto de las filas, 16 días cabalgando, rodeos que se pueden ver innecesarios en un recorrido que se presumía realizar en cinco—Llegando a Boca Grande, una ranchería cercana, algunos vaqueros herraban 30 cabezas de ganado, los Villistas roban esas vacas propiedad de Palomas Land and Cattle, los hombres que reclamaron, murieron a tiros (McKinney y Corbett) —un tal Maud sorprendido, decía que: Los soldados de Pancho Villa se comieron la carne cruda, así lo narra Taibo II, pág. 618.
En Columbus, 700 habitantes, un hotel, un pequeño caserío levantado con adobes, mezquites, cactus y serpientes de cascabel, fundado en 1891. Con 532 soldados, 21 oficiales del 13° batallón caballería se pronunciaba dicha población sobre la franja fronteriza.

4:25 de la mañana, previamente habiendo cortado la cerca de alambre, con un total estimado de 589 hombres, en fila india, nadie a caballo, extremo sigilo, rifle en mano, perforan la frontera con los gritos de — ¡Viva Villa ¡

Francisco Beltrán, Martin López, Pablo López y Candelario Cervantes, llevaban el mando de aquella operación, Villa se quedó resguardando la caballería a las afueras del poblado, escuchaba los gritos de:  ¡Yanquis jijos de la chingada¡

La capacidad de reacción del ejército americano fue vergonzosa, la contestación militar a la penosa escena de verse reducidos por un centenar de sombrerudos casi descalzos, llenó de indignación silenciosa a quienes estaban al frente de unos de los ejércitos más poderosos del mundo, recordemos que habían tenido un previo combate y sus números en cartuchos y hombres estaba más que raquítico.

Buscaban a Ravel, quien había pactado con Villa la dotación de cartuchos y armas para mantener el estado de fuerza de la División del Norte.

Al quedar mal en el acuerdo con el revolucionario mexicano, posteriormente, Ravel tomó la decisión de retirarse a Letonia, su país de origen, salve la causalidad o la oportunidad, esa noche no se encontraba en el poblado de Columbus, enfermo de un terrible dolor de muelas, sale a buscar un doctor al Paso Tx. — cuestión que le permitió permanecer fuera de las intenciones de Villa para su inesperado final, la misión para las filas Villistas era capturarlo y hacer que respondiera por su incumplimiento, seguramente Villa representó para Ravel su pacto legitimado con la muerte.

Algunos autores han señalado que el gobierno de Wilson tenía como principal objetivo beneficiarse del conflicto armado, habían decomisado a Victoriano Huerta un cargamento importante de municiones para máuser, unos 12 millones de balas que le habían proporcionado los alemanes, por orden y negociaciones con el Kaiser Guillermo II— en una visita en Nueva York, es detenido y se presume ejecutado con una inyección letal por un grupo del Servicio Secreto en Fort Bliss—  premeditadamente, Alemania sostenía la convicción de que nuestro país entrara en guerra con los gringos, cabe mencionar que en ese entonces la producción nacional de México era de las más grandes a nivel mundial, tal como lo afirman los periódicos de la Jornada,2009, UNAM, relacionados al tema.

Esta cortina de sombras en medio de los acontecimientos, atrae y nutre la lógica de otras tantas historias que nos mantienen al margen de la siguiente versión del conflicto, algunas líneas no comprobadas verídicamente citan que:

Villa y una comitiva de hombres se reunieron con un grupo de militares americanos en las inmediaciones de Laguna Guzmán, muy cerca de la cabecera municipal de Ascensión Chih.

Ahí recibió la cantidad de 80 mil dólares a cambio de haber perpetrado el hecho de la supuesta invasión.

En la biografía narrativa sobre Pancho Villa, escrita en el 2006 por Taibo II, se hace alusión a la falta de solvencia de las testimoniales de este relato, que de igual forma no deja de ser un hilo conductor de las historias en torno a la historia.

Las batallas de la División del Norte fueron filmadas por la compañía americana Mutual film Corporation, quien ofreció la cantidad de 25 mil dólares por locación para capturar para la posteridad los embates de la División del Norte.

Este acto coyuntural, permitió a Villa reinvertir en armas y mantener las provisiones necesarias para la temible maquinaria Villista.

Entonces, bajo esta vena de acontecimientos, cuestionamos tan estrecha relación, misma que posteriormente se convertiría en rencilla y oprobio por ambas partes.

Carranza residía en el poder nacional, su relación con sus iguales en el lado americano se promulgaba en contra de todo acto Villista que descalificaba, estrategia a favor de su gobierno instaurado.

6:30 de la mañana, junto al cielo clareado del imponente desierto Chihuahuense, el sol se postraba dando vida al canto de los gallos, acompañaba el toque de retirada a cargo de Julio Peña.

70 bajas para los revolucionarios y apenas unos cuantos americanos muertos por las balas villistas, quizá unos 17, entre ellos algunos civiles, según cuentas de los relatos biográficos.

Un combate que se aproximó a las tres horas de duración, una planeación que después de analizarle militarmente resulta llena de absurdos, información torcida en los telegramas del lado gabacho que ponía a miles de villistas como invasores y una reacción inmediata de los güeros que salieron a alcanzar a los miles de villistas, todo ronda en la mentira y en el desprestigio del acontecimiento.

Quienes aluden a las consultas y tienen acceso a la literatura, gente que disfruta y mantiene el beneplácito de seguir a Villa, saben que esta División del  Norte, contaba con  la capacidad de fuego y lucha que podía oscilarse en días de refriega, después de conocer los acontecimientos de Columbus nos quedamos con una interpretación de un Villa que no parecía pensar como el Gral. más temido de la revolución mexicana, el estratega, el creador del golpe militar que dejó perplejos a miles de historiadores en el mundo, nos referimos al tren de troya, como se le denomino al acontecimiento de Ciudad Juárez.

Una invasión de tres horas para desquitar el coraje y la frustración de haber traicionado su palabra y faltar al compromiso pactado por Ravel, vengarse de Carranza que ahora tenía el respaldo de los gringos, una rareza de combate, la estrategia y la ingeniería Villista, la cual siendo incisivos fue el referente para explicar la excelencia de la estrategia militar, en escuelas del mundo, se ve duramente cuestionada por los fallos de una operación demasiado insensata.

C O N T I N U A R Á

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