CONTRALÓGICA REVOLUCIONARIA

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Escrito por el maestro Jesús Soto

Cuando uno se encuentra con lecturas del tamaño de las provistas por Santiago Ramírez quien desde 1961 estampa su visión del mundo en una obra cúspide de su labor psicoanalítica, El mexicano, psicología de sus motivaciones , empiezan a disolverse las dudas, se contenta el sentido común por un momento, pero esa misma forma de ver la vida y el mundo, tarde que temprano causa su efecto recalcitrante en los interminables asaltos de nuevas dudas sobre las motivaciones del mexicano y las razones mismas de la conducta y el sentido del ser. La exquisitez que se percibe en su estilo tan minucioso y para nada complicado, desata las riendas a los planteamientos filosóficos que permiten movernos de terreno analítico, parir desde los mismos adentros de la cultura, otra forma de ver un mundo que aun a pesar de estar en él, no lográbamos ver ni sentir.

Un México vapuleado por las formas de violencias no concebidas desde el sentido humanista, por propios y por extraños a nuestro suelo, ese es el enorme laboratorio donde se coptan las ideas que buscan a toda costa lograr explicaciones que se estructuren como sensatas, un cuadro lógico que deje en claro la necesidad de los interminables abusos de poder y el deseo pueril y abominable de someternos los unos a los otros.

En un intento por comprender la motivación criminal del Centauro del Norte, subsumidos en el psicoanálisis de Santiago Ramírez, quedan las cosas muy claras, no basta con leer a los biógrafos más destacados, hay formas y fondos en la historia del personaje que solo a través del psicoanálisis podemos encajar en este rompecabezas de una realidad que sigue vigente en nuestro México de agachados, nuestra nación de dominados, nuestro pueblo que sobrevive con la historia de los vencidos.

Por estas razones expuestas en supra líneas, la aparición del cuestionamiento es ineludible, se asume como una tarea sinuosa y de importancia enorme, debido a que el cuestionamiento será el eje en donde se mueva toda la periferia conceptual, misma que nos permita comprender, valorar y asumir la majestuosidad del universo social que se entreteje detrás de la conduta antisocial del General Francisco Villa.

Antes de arrojar la pregunta, agregaría que este tipo de ubicación en el pensamiento filosófico, nos obliga a realizar una marcha exploratoria en el sentir de un hombre que sin saber leer ni escribir, le dió vida a uno de los movimientos revolucionarios más grandes de la historia mundial, aprendió a leer estando preso a la edad de 32 años y aun con sus obstáculos, lideró a más 30 mil hombres y mujeres que dejaron su ser en la lucha armada, la cual buscaba replantear la dirección de un país.

Entonces podemos inferir y cuestionar en relación a los hallazgos históricos que; Pancho Villa                   —¿Padecía algún tipo de trastorno para poder asesinar a tanta gente? — es aquí donde toda letra que intente una contralógica a lo establecido por la normalidad histórica, donde los villomanos y aquellos que han de ser celosos de los relatos revolucionarios, pueden quedar no conformes, pero es necesario mover ese terreno de análisis y dar a luz una explicación bajo argumentos diferentes de lo que hemos conocido.

Como se mencionó; incomodarnos un poco para hacer más significativa nuestra historia, porque ésta historia no es de la clase dominante de nuestro país, la lucha armada es y será de los explotados, de los desprovistos, de los lejanos del Dios que nos insertaron, lejos de la política abusiva y mentecata, el villismo es un nicho donde; quien entra, percibe las letras en narraciones perfumadas con sangre y salvajismo, llenas las páginas de atrocidades que misteriosamente quedaron suavizadas por la inefable magia del sistema educativo conservador. Recorrer la senda del villismo es; levantar un imaginario donde se conciba desde otra realidad la pobreza y descalcez de tanto campesino que jamás supo por qué peleaba, es correcto: muchos no sabían, pero lo sentían, lo sabían desde el hambre, la jodidez bizarra y tremebunda

La idea de responder a este tipo de cuestionamientos es; infectar de pensamiento crítico, un romanticismo revolucionario que nos deja infantiles y nos sigue empobreciendo ante lo magno que fueron los sucesos, llenos de valor a los gritos y el coraje de nuestras abuelas, bisabuelas y madres que combatieron, padecieron y murieron sin recibir laureles ni condecoraciones por un patriarcado oligarca que se enfundó en el machismo y la ignorancia de nuestros padres y hermanos. El villismo que sobrevive sin fuerza, debe de ser una contralógica imperialista que desdeñe buscar por que´s —y no fiestas donde se olvide el dolor y la muerte de tanto mexicano que entregó a la causa libertaria la vida miserable que le fincó el estado opresor y tirano de entonces.

Es importante que los docentes finquen en nuestros infantes no solo la emoción banal de un disfraz revolucionario, sino el sentimiento de repudio a la tiranía y hagan de la conmemoración, la fiesta alusiva a la resistencia del campesinado y demos un giro significativo a los ideales del ejercito civil más grande del mundo, “La División del Norte”. Que los maestros y padres de familia conmemoremos la muerte, las violaciones, el destierro, los fusilamientos; y bajo ese sentimiento que nos de identidad, transmitir a los nuevos ciudadanos, el amor que duele hacia una patria que regó sus campiñas con la sangre del proletariado.

Debe de ser un festejo; es cierto, pero en donde se celebre el levantamiento de un pueblo que se cansó de ser esclavo y encontró en los ideales maderistas la única forma de encontrar un cambio genuino, donde se defendieran los intereses y el derecho a la vida de un pueblo que sobrevivía en las condiciones más miserables. En este mismo sentido, debemos celebrar que nuestros antepasados no solo lucharon por los bienes materiales, los cuales reclamaron por las vías de las armas, dieron la vida misma por recuperar la dignidad y el trato humano que había sido nublado por el poder colonizante que se resistía en el espíritu de las haciendas y latifundios.

Empuñaron un rifle, para poder quitarse el látigo de sus mismos hermanos mexicanos que, con una sed inexplicable de poder, fomentaron toda clase de abusos y actos aberrantes en pos de la propiedad privada y sostenimiento de los títulos nobiliarios que, fueron heredados mediante favoritismos despóticos y pueriles. Finalmente podemos concluir que la entidad criminal del Centauro del Norte se diseñó desde este tipo de conjeturas sociales, desde la pobreza insolente, desde la explotación y el mal trato recibido por las clases políticas.

Según Robert Here (1993) en sus aportaciones sobre el mundo de los psicópatas y el modus operandi el cual constituye la consumación de los crímenes “Los psicópatas son racionales y se dan cuenta de lo que hacen y por qué. Su conducta es el resultado de una elección libremente ejercida”. Pero la gran duda que centra la hipótesis sobre la psicopatía de Pancho Villa se basa en las mismas palabras del Dr. Hare quien se basa en palabras de Cleckley sobre la conducta psicopática: “El psicópata no está familiarizado con los hechos o datos que definen lo que podíamos llamar valores personales. Tienen   gran incapacidad para entender tales temas. Por ejemplo, les es imposible dedicarle el más mínimo interés a la tragedia o la alegría humana” pág.90.

C O N T I N U A R Á

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