AMLO y el 2018

compartir

Por Erik Jurado

Uno de los personajes más actuales de la política mexicana es Andrés Manuel López Obrador (el peje para amigos y extraños). AMLO ha construido una imagen bastante asequible de asimilar, en apariencia. El peje se propone como un sujeto humilde y sencillo. Uno que está en la política para los mexicanos y para sostener esa guerra que todos quisieran esgrimir pero ninguno otro se encuentra en condiciones de hacer.

AMLO propone soluciones sencillas a problemas complejos y se sostiene en el ideal de terminar con “la mafia del poder” o aquellas elites que se posesionaron de todo un país dejando en un estado de indefensión a los más vulnerables.

Una construcción bastante sencilla, sobre todo porque su partido (de su propia invención) es la manifestación más cercana al pueblo que esta fregado por los grandes capitales coludidas con la fuerza política histórica.

Es cierto que Andrés Manuel se posiciona entre los tres primeros lugares para la contienda presidencial y aventaja a cualquier adversario que pudiera llegar en popularidad, pues prácticamente tiene 17 años sin quitar la vista de la gran silla.

Andrés Manuel ha dedicado casi dos décadas a construir una imagen basada en la cercanía con el pueblo y su entendimiento de sus necesidades. Yo no sé si Andrés es un peligro para México como se pronunció en campañas pasadas, lo que si se es que a todas luces es un personaje enemigo de la democracia y la racionalidad. Es un generador de adeptos ciegos y violentos, y sostengo que quien se pueda comportar así fuera del poder deberá incrementar de forma exponencial esas cualidades desde la cabeza del poder.

Dedicaré una serie de escritos argumentando de forma congruente y con apego a observaciones empíricas y no valoraciones personales las razones del porque los mexicanos no deberíamos considerar una opción como Andrés para guiar los destinos de este país.

Comienzo esta primera aportación poniendo sobre la mesa una realidad inescrutable, todo poder político debe venir soportado por un grupo que financia y promueve. En este sentido la primera solicitud y necesidad para iniciar este análisis crítico es pensar al peje desde sus grupos y compañías, no viene en soledad ni se priva de la cultura política, no es pues un individuo que salga de la esfera política del país y por ello no constituye una alternativa completamente novedosa y que estar exenta de todos los vicios que como sociedad cargamos.

Es pues un personaje político como cualquier otro y no sostiene un halito de deidad. Trataremos en estos trabajos a un ser humano rodeado de seres humanos, no a un caudillo o cuasi santo. Veamos pues al hombre, sus virtudes y excesos.

2 comentarios

  1. Su óptica y percepción sobre liderazgo político, en relación a este personaje me parece muy pobre y sin sustento profesional analítico, más bien se encuadra en un concepto y opinión más viceral. Los fundamentos en su crítica carecen del toque de calidad comparativa del entorno socio-político, para poder convencer sobre una base investigatoria y real y a lo mejor más académica. Escribir solo por hacerlo, ni nos hace más eruditos en materia, ni mucho menos más dueños de la razón. Sin embargo, es interesante su punto de vista……o ceguera.

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*