El recto pensar condición necesaria en la felicidad

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Por Erik Jurado

Durante mis años de estudio en la facultad de filosofía tuve una relación definitoria en mi vida; mi relación con la lógica. Descubrí en mi primer año como estudiante un campo fascinante, el campo de los razonamientos válidos y la discriminación de las imprecisiones del pensamiento.

La lógica es la reglamentación máxima del pensamiento, es la reflexión sobre el correcto pensar y sus expresiones, un campo que heredó Aristóteles-uno de los hombres más prominentes que ha dado la historia a toda la humanidad. La lógica tiene el objetivo de dominar a ese corcel desbocado que es el pensamiento sin educación. El campo de la lógica auxilia a las personas a poder discernir entre el correcto pensar su estructura adecuada y una argumentación sólida. El recto pensar es imprescindible en el campo del conocimiento, pues sólo mediante la precisa estructura de razonamientos es posible conseguir la construcción de conocimiento sólido y consistente.

Existe un beneficio extra del pensar con precisión y lejos de los vicios que produce el pensamiento acarreado por las emociones. Pensar con rectitud no acerca a una vida socialmente rica, espiritualmente enfocada, una salud constante y por sobre todo nos acerca a la felicidad.

Aquellas personas que por medio del acertado entrenamiento del pensamiento pueden burlar las traiciones de la vida subjetiva son más controlados y certeros. Quien identifica correctamente los razonamientos falaces, los argumentos mal formulados y la circularidad de su propio pensar guarda menor rencores con otras personas, es capaz de asimilar con propiedad lo que sucede en su vida, se involucra en menos proyectos fallidos, es más difícil de timar, se arrebata menos por el discurso de un merolico, difícilmente acepta la injusticia, pero también, se convierte en su propio aliado y se traiciona menos en su actuar diario.

El estudio de la lógica no es un asunto fácil, exige grandes esfuerzos como sucede con todas las cosas importantes que pueden hacer en la vida (lo importante con regularidad es sencillo), pero guarda en ello grandes satisfacciones.

Comprender las categorías y silogismos aristótelicos, el lenguaje matemático propuesto por Frege, las reflexiones sobre el lenguaje, la lógica y la verdad del circulo de Viena, las críticas de Neurath, las propuestas sobre incompletitud de Gödel, los sistemas no clásicos, las ideas de Wittgenstein y su maestro Russell y otras tantas acepciones y autores, no es cosa fácil, no es algo que se suceda pronto y que sea más sencillo que apreciar una telenovela del canal de las estrellas. La lógica es compleja y en ocasiones nos arrebata lagrimas y sudor, pero lo que obtenemos de ella es invaluable.

Las personas educadas en lógica son más racionales y viven con mayor congruencia, pero también son más felices pues su felicidad se deposita en su recto pensar y proceder diario. Vale entonces la pena educar a los más jóvenes en estos menesteres.

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