Jean Cusset

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DICHO POR ROCHA

José Guadalupe Rocha Esparza

Dice Armando Fuentes Aguirre que Jean Cusset, célebre personaje que da sorbos a su martini seco, siempre adornado con dos aceitunas, es ateo, con excepción de las veces que enfermó gravemente y fue operado de emergencia; de la vez que la panga iba a zozobrar; de la vez que falló el motor de la avioneta en que volaba y de la vez que se perdió en el bosque.

Jean Cusset es ateo, menos cuando vio nacer a su primer retoño; cuando vio sonreír a su hijo bebé; cuando fue hospitalizado su vástago; cuando va a recoger el resultado de sus análisis de laboratorio; cuando recuerda sus navidades de niño; cuando empieza el año nuevo; cuando se enamoró por vez primera; cuando lee a Fray Luis de Granada y cuando vio una colmena.

Ateo es Jean Cusset, con excepción de cuando escucha canto gregoriano, la música de Bach, el Andante de la Sonata K381 de Mozart, el Réquiem de Cherubini y al bandoneonista argentino Pichuco Troilo; de la vez que oyó cantar a Victoria de los Ángeles y de cuando contempló la Vía Láctea a través de un telescopio. Cusset es ateo nada más en tiempos de bonanza.

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