La felicidad en la parquedad

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Por Erik Jurado

Durante el periodo más elevado de Grecia antigua surgieron múltiples agrupaciones filosóficas que tenían como objetivo pensar los temas importantes de la vida. Al mejor estilo socrático la búsqueda de lo que cada persona debe hacer y cómo debe buscar la felicidad fue el tema por excelencia.

Los cínicos, los epicúreos y los estoicos destacaron entre los múltiples movimientos de esa Grecia esplendorosa. Ser felices era el objetivo y búsqueda. Cada pensador abonaba desde su perspectiva y cada escuela replicaba sus voces.

Por su cuenta los estoicos propugnaron fuertemente para encontrar la felicidad en la frugalidad, en la vida simple o como ellos lo llamaron la autarquía, o una vida de auto suficiencia. La búsqueda de ésta auto suficiencia era dejar de lado las necesidades materiales como guía principal de la vida.

Esta agrupación filosófica propuso al recto pensar como el medio más eficaz para vivir tranquilos y alejado de las pasiones animales que tratan de gobernar nuestra vida. El pensamiento lógico y racional eran la mejor medida para evadir las aflicciones provocadas por todo aquello que no tenemos y deseamos.

Los estoicos como muchos griegos trataron de conseguir la imperturbabilidad de su espíritu como mecanismo de confrontación con la vida, esto es apaciguar las emociones y pasiones que turban el buen juicio. La persona sólo será feliz en la medida que logren templar su naturaleza y conseguir que las tribulaciones del exterior no afecten la vida interior de las personas. Cada persona entonces debe alejarse de una vida agitada para vivir en la reflexión y la pasiva alegría, sólo eso lo conducirá a un estado de bienestar, o la misma felicidad.

La visión estoica, de estos hombres que se congregaban en un pequeño pórtico, se mezclo posteriormente con el cristianismo proveyendo a esta religión el dejo de pobreza y humildad que todos le conocemos.

Hoy a dos mil años de distancia la postura estoica nos es extraña. Simplemente no la entendemos ni la vivimos. Somos una sociedad que busca emociones extremas, que no cuidamos la forma en que vivimos el mundo y que tenemos un apego indescriptible a las cosas materiales y las buscamos a toda costa.

La visión estoica tiene grandes enseñanzas que aun hoy están vigentes. No excedernos en el comer, en el culto al cuerpo, en las ropas, autos y otras falsas necesidades aun puede ser una excelente respuesta a nuestros problemas materiales.

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