Pipo El Sordo

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por:

Ricardo Urquidi

Pipo El Sordo va camino a su habitual recorrido tratando de vender El Sol y cachitos de lotería, después de las lluvias que han caído en los días anteriores, el astro rey busca venganza porque no ha vertido su poder sobre la humanidad de los terrestres, está en su punto más álgido, entra a una lonchería y cuál es su desencanto que sobre la barra principal, hay un ejemplar del Sol, que los dueños tienen para entretener a su clientes mientras les preparan su lonche, burro o desayuno, hay una alegato que inunda sus oídos, el local esta convertido en un zócalo, donde todo mundo expresa sus opiniones.

Alguien tratando de ganar espacio no en argumentos pero si en volumen, casi grita: “ Muy católico, pidiendo perdón, Peña Nieto ni va a misa, pero si nos pide perdón para luego subir la gasolina y la luz, si tuviera vergüenza pedía que le pusieran las esposas y lo metieran a la cárcel”, con rictus en su cara de enojo, Talego logra su objetivo y al ver que por momentos reina un silencio, continua: “No se vale que este gobierno nos esté agrediendo una y otra vez… no es justo que en todo este proceso que estamos viviendo con el petróleo a 30 dólares por barril, lo único que se anuncie son alzas a los impuestos, a los productos básicos y en ningún momento se realicen recortes en la burocracia… seguimos manteniendo a funcionarios públicos ineptos, inútiles que no resuelven nada”.

Ante el énfasis de las palabras de Talego, la gente queda muda y aprovecha para seguir comiendo, Circunsio que ya termino su burro de jamón con asadero y que también está inconforme con la situación, sin levantarse de su banco, pide la palabra: “Aquí estamos alegando por todo lo que pasa en el país, creo que entre nosotros hay simpatizantes de los diferentes partidos, nos estamos distanciando por no decir peleando, con argumentos válidos, con señalamientos, vamos a salir de aquí acordándonos de lo que dijo cada quien y si no estamos de acuerdo con lo que dijo, lo vamos a recordar con desagrado y después de todo eso saben que sucede: que los políticos allá afuera se están riendo de nosotros, se carcajean de la risa, se tiran al suelo de lo que les duele el estómago de tanto reírse, esos políticos rivales en lo obscurito, se van al restaurant juntos, a tomar vinos importados, les pagamos con nuestros impuestos las mejores comidas… no tan ricas como aquí les aseguro,  y mientras tanto nosotros alegando, dizque desahogándonos de que ya nos tienen hasta la coronilla y saben qué?… realmente no hacemos nada por solucionar esta situación… ahí se las dejo de tarea”, contundente Circunsio se levanta y pide su cuenta.

El silencio es absoluto, antes de que se vaya Circunsio, Paredo expresa lo siguiente: “Estoy de acuerdo con lo que se acaba de decir, solo yo me permitiría hacer la siguiente observación: el problema primario actual político, social de México, no son los políticos, somos a última instancia los que votamos, no puede ser que en nuestro estado haya ganado un candidato que en primer lugar no supero en votos a su antecesor en el 2010 y en segundo que no haya obtenido ni siquiera el 50 por ciento de los máximos históricos que el electorado haya otorgado a un candidato a gobernador, el problema político de México es que este sistema, esta partidocracia está agotado, ya no da para más y quienes deben ser los encargados de cambiarla?… nosotros… pero nos quedamos con los brazos cruzados… lo que hace a diario el Gobierno Federal con la gasolina es un robo en despoblado y que hacemos?… nada, nos vamos a la cantina, en las reuniones familiares despotricamos, aquí mismo que está sucediendo, puro bla bla bla, mientras tanto la corrupción e impunidad ya no nos lastima, ahora lo que nos enardece son los insultos, las agresiones, las bofetadas que los políticos nos hacen y si ahorita entra aquí un político, lo primero que hacemos es saludarlo en vez de confrontarlo con todo respeto y  reclamarle porque no hace caso, porque no hace su trabajo”, Paredo agarra su lonche antes de que se le enfrié y le da una mordida, Pipo al ver la escena se retira buscando u lugar en donde no ofrezcan el Sol a sus comensales.

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