Ser creíble

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DICHO POR ROCHA

José Guadalupe Rocha Esparza

En los tiempos que corren, poseer la confianza en las personas es un tesoro. La credibilidad no se regala, se gana. Las personas creíbles tienen el respeto de los demás por su honestidad, prudencia, compromiso y conocimiento; sostienen su palabra sin dobleces. “La credibilidad es como la virginidad. Una vez que se pierde, ya no se recupera”, decía Mark Twain.

Gente fidedigna es quien transmite seguridad y confianza; asume sus errores; valora el esfuerzo por encima de los resultados; personas sencillas y argumentadas, de frases ordenadas que facilitan el entendimiento; motivan y generan emociones positivas; ajenas al cotilleo, rumor o chisme. No necesitan exhibirse agresivo, iracundo o amenazante para ser creíbles.

Para parecer un hombre honrado, lo que hace falta es serlo, es decir, más hechos y menos palabras. Por el contrario, la verborrea, locuacidad, desparpajo, explicaderas, garrullería o vanilocuencia no sostiene la fachada de sujeto fiable por su desequilibrio emocional. Ser creíble no se basa solo en el carisma, sino en la coherencia de nuestro comportamiento probo.

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