Sin destino ni medida

compartir

Por Erik Jurado

 

Cuando no se tiene destino cualquier ruta es adecuada. Si en alguna ocasión no quieres cometer error en tu camino simplemente no tengas una meta. Pareciera que ese es el principio rector de nuestra región. Si hiciésemos un ejercicio en las calles y preguntáramos a la gente cual es el plan del municipio para generar desarrollo, con seguridad encontraríamos que no hay respuesta compartida. Es que somos un pueblo con poca cohesión y sin planes conjuntos.

No tener rumbo tiene implicaciones. Así como una persona que ha disuelto sus objetivos en la confusión y el desorden no tarda tiempo en caer en la melancolía o inhabilitarse en las fiestas y el bullicio, así un pueblo que no tiene claridad compartida no tarda en enfrentarse unos contra otros o simplemente caer en la crítica destructiva de su propia entidad.

Parral necesita rumbo. Necesitamos refundar nuestro pueblo con una visión de presente y mañana, pero esa refundación no puede ser espontanea sino que debe obedecer a un análisis histórico, sociológico, psicológico y cultural que nos implique en un camino seguro. Con el nacimiento de un rumbo acordado deberá venir también la forma de observar y resguardar ese camino, asunto del que hoy carecemos.

El seguimiento no es un asunto de percepción o intuición. Hoy el seguimiento obedece a procesos técnicos y mesurables. En consecuencia, lo que propongo aquí es un ejercicio colegiado, entre profesionistas de diferentes áreas que puedan perfilar una ruta adecuada para la ciudad y su región pero al mismo tiempo construyan indicadores confiables para la medición del desarrollo o decrecimiento.

Hoy por hoy es inexistente este ejercicio. Basta que un joven de secundaria, interesado en conocer cuál es el estado actual de su municipio quiera hacer trabajo de campo para darse cuenta que como municipio no sabemos dónde estamos ni a donde vamos.

En estos términos no podemos pretender desarrollarnos si no tenemos la claridad de donde vamos y como lo haremos, creo que este punto es optimo de ser abordado por autoridades y las escasas organizaciones sociales o civiles.

Parral puede volver a ser grande por un chispazo de suerte, como sucedió anteriormente o por el ejercicio coordinado de todo un pueblo, el segundo tiene más merito y duración que la primera opción, pero está en manos de todos y cada uno tomar esa determinación.

El ejercicio aquí propuesto debe ser coordinado por actores de la vida pública y social para que sea función y quedar inscrito en los compromisos de todos para dar continuidad, no puede ser un estallido momentáneo, porque tenemos claros ejemplo de cómo se desvanece en el tiempo la voluntad individual de hombres y mujeres bien o mal intencionados.

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*