Sobre la verdad y algunas imprecisiones.

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Por Erik Jurado

¡Cada quien sus ideas! ¡Esto es lo que yo pienso y respeto tu pensamiento! ¡Cada quien tiene su verdad! ¡Todo pensamiento es igualmente valido! ¡Toda opinión es igualmente respetable!
Si se ha sentido identificado con alguno de los enunciados anteriores o bien los ha escuchado mentar, usted ha estado familiarizado con el relativismo gnoseológico.
El relativismo es una doctrina arcaica, ya Sócrates en la antigua Grecia se debatía con los sofistas que intentaban hacer pensar que la verdad no existe o bien no puede ser conocida por las personas y a lo más que podemos aspirar es a formar una opinión sobre las cosas.
Existen nombres relacionados con el relativismo cognitivo como el de Protagoras de Abdera o el de Friederich Nietzsche, Deleuze o Derrida y muchos otros. De forma general el relativismo sostiene que no existe la capacidad suficiente en el ser humano para concretar una noción completamente alineada de su pensamiento con el mundo. Entonces las personas debemos conformarnos con vivir en el mundo de la opinión si ese es el caso, todas y cada una de las opiniones son sólo eso perspectivas de una misma cosa y por ende toda noción del mundo depende de quién seas y que estés observando, toda afirmación del mundo será del mismo carácter y peso.
Esta postura es sumamente atractiva y tiene muchos adeptos en sus haberes, sobre todo porque es una postura muy cómoda, piénselo así; Si usted se esfuerza o no por conocer algo estará en una discusión al mismo nivel que el más docto de los hombres o cualquiera que haya dedicado su vida a conocer algo. El relativismo está siempre relacionado con la retórica o una desarrollada habilidad para persuadir o argumentar (sin importar si se hace de forma consistente o no) de manera libre.
En lo personal soy partidario de una postura contraria al relativismo, creo que existen varia imprecisiones en los supuestos de esta postura. Para empezar debemos comprender que la “verdad” es sólo un adjetivo para enunciados que se corresponden con los hechos del mundo. El lenguaje es un medio para expresar ideas que tratan de describir muchas veces estados del mundo, así pues “el perro es negro” es una oración “verdadera”(como adjetivo para oraciones) solamente si el perro que observamos es del color que hemos identificado como negro. En esos términos podríamos decir que el enunciado es lícitamente verdadero. Esto parece insignificante, pero las personas tienen la tendencia a confundir la “verdad” como una propiedad del mundo y las cosas y no de los enunciados, por ejemplo hemos escuchado decir: “estas joyas son falsas” cuando lo que en realidad se intenta decir es que las joyas realmente no están elaboradas con oro, plata o algún otro material bien ponderado.
Desde mi perspectiva la verdad es asequible y hay personas que se acercan más a la verdad que otras y hay opiniones más validas que otras e incluso más importantes, en la medida que las palabras son correctamente utilizadas y tocan con mayor cercanía el estado real de cosas. Esto aunque pareciera ser una lección inútil sobre teoría del conocimiento consigue un alcance de infinitas posibilidades, porque el mundo social está construido esencialmente de opiniones (sobre todo en una democracia) y entender que hay personas que hablan con mayor exactitud que otras nos lleva a meditar con suma cautela que es lo que nos dicen y como nos lo dicen. Así amigo lector que en lo venidero debemos pensar que no toda opinión es válida y sobre todo que muchas de ellas nos pueden llevar al error.

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