Sociedades de la imagen

compartir

Por Erik Jurado

Según Aristóteles el ser humano además de ser un animal político es un individuo que ve. Somos homo videns o individuos que construyen su mundo y conocimiento del mismo a partir de la capacidad visual, la vista se constituye como el primero y máximo de los sentidos. Organizamos nuestra realidad a partir de lo que hemos observado. Por ejemplo es claro esto cuando se acude a recursos sociales y de conocimiento popular como: “Hasta no ver no creer” “lo veo y no lo creo” “ojos que no ven, corazón que no siente” “eres la niña de mis ojos” y otras tantas expresiones que exaltan nuestra condición visual.
Así bien los ojos y la vista son más preciados que cualquier otro sentido. De este modo hemos construido sociedades visuales, o sociedades que se guían por medios visuales y dirigen un constante bombardeo de imágenes a todos los individuos, sin importar su condición, género o clase. Cuestiones tan básicas como el transito en una ciudad están guiadas por imágenes y símbolos.
Pero en nuestro tiempo hemos llevado esta disposición a un extremo, nos hemos convertido en individuos de las imágenes y las figuras. Con el tiempo hemos ido despreciando lo que se esconde o representa en la imagen y la imagen misma ha remplazado al quid.
Nos hemos vuelto ciegos a la esencia o razón de las cosas y estamos preparados sólo para observar lo evidente. Todo nuestro mundo se vuelca hacia lo exterior y rápidamente visible. Nuestros juicios sobre las personas ya no tienen que ver sobre sus creencias, habilidades o deseos; hoy la ropa y el vestir dirigen nuestro juicio sobre quien es quien. Ya los políticos no se ocupan tanto de dejar huella ideológica o práctica, lo importante es su discurso, forma de saludar o vestir, quienes cortejan no deben encontrar la forma más apropiada e ingeniosa de dejar ver lo que llevan dentro y el amor que sienten, ¡no! Ahora el asunto es mostrar el mejor regalo o aparentar una perfección perene que no puede ir allá por mucho tiempo. Hoy nuestra vida se gira alrededor del ordenador y lo que hemos visto en una fotografía o video.
Cada vez nos atrevemos menos a mirar con atención a indagar más allá de lo que nuestros ojos pueden ver y escudriñar en el motor de cada figura, eso sin duda constituye uno de los retos más importantes de la nueva era. Es importante recobrar la condición humana de la duda.
En consecuencia estamos en una era que debe adoptar nuevamente un pensamiento filosófico y científico o al menos debemos difundirlo con mayor fortaleza. Con ello debemos recobrar lo que es humano y añoramos con extrema rabia.

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*