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Chihuahua, Chih.- Los resultados electorales del 5 de junio en la elección de gobernador; el desabasto de combustible; las broncas del Vivebus; actos de corrupción y enriquecimiento ilícito en el gobierno de Cesar Duarte y la solidaridad con Oaxaca por los conflictos magisteriales, fueron las causas por las que un millar de ciudadanos pretendieron tomar este miércoles el Palacio de Gobierno, no lo lograron, pero si dejaron destrozos en el edificio histórico.
Fue Jaime García Chávez, líder de Unión Ciudadana, quien en redes sociales convocó literalmente al pueblo de Chihuahua a Tomar el Palacio de Gobierno y sacar a César Duarte exigiendo a su vez el respeto a la voluntad popular que eligió al panista Javier Corral Jurado como gobernador.
El reloj marcaba las 10:00 horas, un pequeño grupo se encontraba listo para iniciar con la manifestación que de entrada no se esperaba fuera pacífica.
Comenzaron a instalar sus cartulinas con mensajes de repudio al gobernador y fue entonces que un grupo de jóvenes cruzaron la avenida para obedecer a la convocatoria del Movimiento Unión Ciudadana, tomar Palacio de Gobierno y a empujones buscaron tirar la puerta principal al tiempo que enardecidos agredían verbalmente a los diferentes medios de comunicación, algunos reporteros fueron literalmente retirados a empujones y patadas.
Fue cuando la diputada local del PAN, Ana Gómez Licón y los líderes Jaime García Chávez y Víctor Quintana, los exhortaron a la cordura, los reporteros solo acuden a cubrir la nota.
Pero una decena de jóvenes insistían en derribar la puerta principal, la violencia no era el camino y así fue dejado en claro por los líderes políticos y fue entonces que las cosas comenzaron a salirse de control y fueron cuestionados, entonces, para que los convocaron.
Otro reducido grupito se puso frente a la puerta para evitar que la puerta fuera derribada, entonces, se fueron a la puerta trasera.
Ya en el escenario se encontraba también el diputado local del PAN Rogelio Loya.
La operación fue la misma, a empujones pretendieron derrumbar la puerta trasera del histórico edificio.
De nueva cuenta algunos se opusieron y se colocaron como barrera humana protectora, no era el inmueble al que se buscaba hacer daño, pero los chavos estaban enardecidos, entre ellos mismos decían que andabas drogados o bajo el influjo de alguna sustancia.
Jaime Garcia Chávez y Rogelio Loya intentaron calmarlo, pero lo inevitable sucedió, fueron ignorados y con las cadenas de las barreras que circundan el edificio, con las rejillas del drenaje, piedras y todo lo que pudieron, comenzaron a destrozar la puerta, al tiempo que del interior les era lanzado polvo comprimido y gas lacrimógeno en cantidades que no alcanzaban a dañarlos.
Los dirigentes políticos se retiraron, fueron a escamparse del inclemente sol a la sombra de los árboles de la Plaza Hidalgo, desde ahí dieron seguimiento a su convocatoria, la Toma de Palacio.
En tanto, los jóvenes violentos terminaron por destrozar la puerta trasera y continuaron con las ventanas, desde adentro los cuerpos policiacos combatían para no permitirles la entrada, alguno lograron colarse, fueron detenidos, unos 25 que finalmente fueron llevados a las instalaciones de la Fiscalía Estatal para responder por los destrozos.
Llegaron los antimotines, fueron recibidos a pedradas, al menos cinco resultaron heridos en ese momento.
Los dirigentes políticos, ya se había retirado.
Pero la gresca no concluyó ahí, arremolinados sobre la calle Libertad, los manifestantes fueron replegados poco a poco por numeroso contingente de antimotines, al tiempo que eran atacados con piedras, botellas, palos y todo lo que estuviera al alcance.
Y así, inició el bombardeo con gas lacrimógeno, con lo cual fue posible dispersarlos, huyeron, pero al paso fueron destrozando patrullas y sustrayendo de algunas al menos cuatro armas de fuego, según el reporte no oficial.
De los panistas, el dirigente estatal, Mario Vázquez, señaló que tendrán que responder por sus actos ante el partido, porque descartaron la orden de no involucrarse en la manifestación.
Tras cuatro horas de reyertas, el saldo 100 detenidos, algunos de ellos provenientes de Oaxaca y otros estados del sur del país, la fiscalía estatal destaco que se les imputaran los delitos de daños, lesiones, sedición y motín.
A uno de los manifestantes detenidos se le aseguró una arma de fuego calibre .380 marca Glock.
Fueron 18 los Agentes de la Policía Estatal Única lesionados; uno de ellos con una fractura de gravedad en la región cefálica.
