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La Plaza de los Frisos que narran la historia de Chihuahua en sus diferentes épocas con episodios y personajes en grabados metálicos y la Plaza del Mariachi son obras que forman parte del rescate y transformación arquitectónica del Centro Histórico de la Capital del Estado para convertirlo en un espacio de convivencia pacífica de las familias, sin distinción de clase social o económica.
La segunda etapa de la Plaza de los Frisos fue entregada hoy a los chihuahuenses por el gobernador César Duarte Jáquez, en un evento en donde se dio a conocer que estas placas metálicas describen el origen de las culturas chihuahuenses, como los ritos de adoración a los astros y al sol, las danzas rituales, el cultivo del maíz y calabaza los alimentos básicos de las llanuras chihuahuenses.
También la caza del bisonte, que en miles y miles de ejemplares cruzaban en territorio chihuahuenses y que poco a poco se fueron extinguiendo. Los tarahumaras, tobosos, mansos, guarojíos, tepehuanes y los conchos, que fueron la comunidad indígena más grande de Chihuahua.
Ahí mismo, en una placa de metal se da constancia del mestizaje que ahora los chihuahuenses portan en su genética. La guacamaya, figura de la cultura de Paquimé como relación con la divinidad de esta civilización de Mesoamérica, mil años antes de Cristo, aproximadamente.
Otra placa exhibe el proceso de cristianización, a través de las misiones, reales de minas, acciones agropecuarias, telares, pailería, cantería por parte de los colonizadores españoles, en una simbiosis de dos culturas que dan origen a nuestra cultura actual. El símbolo de la ocupación española es la Catedral Metropolitana de Chihuahua, un trabajo de cantería modelo del barroco tardío, admirable.
Otro friso muestra el proceso de desarrollo de las ciudades como el Acueducto de Chihuahua, Puente de Calicanto de Parral, la antigua fuente en la Plaza Mayor de la Capital del Estado y los movimientos de libertad, aires renovadores que Miguel Hidalgo logra encabezar para finalmente constituir el México Independiente.
“El sacrificio del Padre Hidalgo incorpora a Chihuahua en la época de la Independencia como el rasgo más importante de que haya sido juzgado y sacrificado con otros 20 héroes de la Independencia”, expresó el gobernador César Duarte.
Recordó que como sepultura Hidalgo tuvo el atrio del templo de San Francisco por varios años, después de haber sido decapitado y su cabeza colocada en la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, donde permaneció casi por 30 años en una jaula.
