La ambigüedad en la victoria panista

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Por Erik Jurado

 

Acción Nacional no merecía la victoria electoral en Chihuahua. El PAN fue el gran ganador de esta contienda, pero la realidad es que el partido no tiene merito alguno que lo hiciera susceptible de  ello, simplemente le tocó estar en el lugar correcto en el momento correcto. El PAN en chihuahua  se ha convertido en una fuerza débil, descoordinada, sin cohesión y sin contacto con las necesidades sociales. Es un partido que incluso en algunos municipios ha mostrado haber perdido su voto duro, y sus militantes prefieren apoyar proyectos independientes o con más posibilidad de ganar.

La gran verdad sobre los resultados de esta elección es que la gente salió a votar porque querían un cambio de manos en el poder. Ciertamente Javier Corral capitalizó mejor que el Chacho Barraza la impronta ciudadana y ello implicó la contundente victoria. Pero de fondo ahí no hay merito, hay un golpazo de suerte.

Corral incluso a lo largo de su campaña se presentó con un discurso anti sistema y no con una propuesta convincente sobre como transformar al Estado grande. Manejó −como se ha venido haciendo de tiempo acá− un discurso ambiguo cuasi esperanzador, pero nunca preciso ni contundente.

Esta situación tan inusitada le ofrece al PAN algo interesante pero también complicado para su naturaleza y desempeño histórico, la posibilidad de volver a una condición más originaria, donde se dibujen nuevamente sus diferencias con los otros partidos y logre restablecer una oposición confiable, responsable y empática con nuestra sociedad. Cómo he dicho en otras participaciones; nuestro sistema democrático necesita la figura que por un tiempo fue el PAN y que hoy, otras agrupaciones atentan con arrebatarle, una opción viable para la alternancia y el manejo del poder.

El PAN tendrá en los próximos años una oportunidad invaluable para recuperar la credibilidad de la gente y volver a ser una fuerza política viable y confiable. Corral por su parte debe concretar algunas de sus promesas y resistirse en el 2018 a pretender brincar a la silla presidencial, esto por el bien del Estado y su propio partido.

Además el manejo que le dé su principal propuesta de campaña, sobre el juicio político y penal a la corrupción que menciona del Estado generará imagen positiva o negativa y ciertamente también desatará controversia y fricción, en un Estado donde es difícil generar cohesión este será un tema muy delicado.

Es precisamente aquí donde se deposita la ambigüedad de la actual victoria de Acción Nacional, deben de poder corregir sus propios vicios si es que aspiran a corregir los del exterior, pero también deben poder aprovechar esta oportunidad dorada para reconformar un partido lo suficientemente fuerte como para generar el contra peso necesario para el sistema que se ha convertido gradualmente en un sistema unipartidista.

Aprovecho este espacio también para agradecer al equipo de tribuna política y sociedad por este espacio, deseo que el trabajo que han realizado a lo largo de los años tenga continuidad en esta nueva variante informativa, les felicito y les auguro el mejor de los éxitos.

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