Misael El Chino

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La Pera del Olmo
Ricardo Urquidi

El futbol marco el destino deportivo de Misael, cada vez que jugaba el deporte de las patadas, Misael se desesperaba porque no tenía el control, el resultado no dependía de él, por lo que decidió practicar un deporte cuyos éxitos y derrotas fueran solo responsabilidad de su estrategia: el box en el Gimnasio de Rubén Castrejón.
Hoy a la distancia se acuerda de su Padre que falleciera en un accidente automovilístico y añora que desde el cielo este viviendo al igual que él este sueño olímpico, por otra parte su Madre: Aurelia tiene problemas con sus brazos cada vez que lo ve pelear, se le adormecen de tanta tensión cuando observa a hijo entrar, ir para adelante para intercambiar golpes con sus rivales e irremediablemente salir lastimado.
Así es el Chino, cuya oriundez va de Parral a Ciénega de Ceniceros, que ya tiene propuestas para irse al profesionalismo, que en tan solo tres años de ser seleccionado nacional ya está en vísperas de la pelea más importante de su vida: contra el egipcio: Hosam Bakr Abdin Hussein, de 31 años, con Rio 2016 suma ya dos Juegos Olímpicos, tiene en su haber un largo historial en Juegos Árabes, Africanos, del Mediterráneo, en Beijing 2008 fue eliminado en la segunda ronda, tiene toda la experiencia del mundo y a va echar toda la carne al asador por ser sus últimos juegos olímpicos.
El box europeo, asiático, oriental no tiene la calidad y prosapia del continente americano, la excelencia del pugilismo europeo es corta, solo llegan a mi mente el italiano Nino Benvenutti y el alemán Max Schmeling y párele de contar, si es un deporte con hondas raíces pero que jamás ha tenido un personaje de la talla de un Teófilo Stevenson, de un Carlos Monzón, de un Alexis Arguello, de un Sugar Ray Leonard, de un Julio Cesar Chávez, sin embargo si tienen circuitos boxísticos con su respectiva afición.
Son boxeadores que están conscientes que si se aventuran a América, les van a dar más golpes que besos le dio su madre y prefieren seguir compitiendo en semi profesional o en el amateurismo olímpico, caso contrario a los boxeadores nacidos acá del otro lado del charco, que ven en los ciclos olímpicos una oportunidad para crecer y luego irse al profesionalismo, tal es el caso de Oscar de la Hoya que gano medalla de oro en Barcelona 92.
El egipcio: Hosam Bakr Abdin Hussein es el clásico ejemplo de ese box, ahora se topa en la vida de Misael, la empresa no es fácil para el parralense, el clasificado número 6 del ranking olímpico es un león rasurado, es el favorito de todo el mundo, menos de Parral y Ciénega de Ceniceros.
El egipcio tiene en su contra a sus 31 años, dos combates en menos de una semana, el ultimo el viernes para pasar a cuartos, mientras que Misael solo ha disputado uno y el lunes va a tener una semana de descanso cuando se le enfrente.
Más allá del resultado que arroje el combate, téngalo por seguro que El Chino va a proponer la pelea, ese ímpetu de juventud que hay en sus venas va a provocar que vaya por esa medalla de bronce, para luego buscar el pase a la final y la gloria olímpica, en una ocasión Misael me confeso antes de su clasificación a Rio 2016:

Ya quieren que me vaya al profesionalismo, pero no, yo voy a ir a Juegos Olímpicos por una medalla.

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