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Por Erik Jurado
Antes de iniciar mi exposición semanal me gustaría hacer una mención especial y es que en mi publicación anterior omití por el error el nombre de uno de los artistas que participaron en la creación del mural “unidos por nuestra identidad”. El joven Salvador Espinoza es un artista talentoso además de ejemplo de juventud entusiasta y propositiva. Con esta mención espero remediar mi omisión.
Al arte es una necesidad inútil. Dentro de las necesidades humanas existen algunas tantas que gozan de utilidad. Esta característica, la de ser útil, es una propiedad que desaparece de las manifestaciones artísticas, pensamiento que aclararé a continuación.
Las personas como cualquier otro ser vivo sobre el planeta tienen necesidades de diferente tipo y magnitud, por ejemplo reconocemos un abanico claro de necesidades primarias o vitales, beber agua, la ingesta de alimentos, respirar, las relaciones humanas, etc. Existen otro tipo de necesidades que son de un segundo orden, si faltan probablemente no fenecemos en su ausencia pero nos volvemos disfuncionales; como vestir de cierta manera, frecuentar ciertos lugares, tener cierto tipo de actividades, y creo que en un nivel especial se encuentra la necesidad estética. El ser humano siente una innata proclividad a buscar otra necesidad inútil o probablemente innecesaria en términos vitales, pero indispensable en una medida humana.
No nos contentamos con tener una casa, nuestra casa debe satisfacer un criterio de belleza, no nos basta con tener una jarra para beber agua, la jarra debe parecernos atractiva. Desde esa óptica el ser humano es un individuo estético.
Bajo esa búsqueda el ser humano ha desarrollado las bellas artes, pues son un mecanismo paran construir una sobre naturaleza que le permita amoldar el mundo y crear mundos. Desde ese dicho, no existe humanidad cuando no existe la posibilidad de crear y generar belleza. Un pueblo humanamente elevado es un pueblo que busca las artes y las fomenta.
Desde esa visión nuestra ciudad se encuentra en un proceso de rehumanización, pues se actualmente existe ya un conjunto de proponentes que intentan llevar nuevamente al municipio a un ejercicio artístico, esto desde diferentes trincheras y lo que nos toca como ciudadanos es apoyar las manifestaciones artísticas, promoverlas y asistirlas.
Nuestra función como espectadores es promover y fortalecer a los artistas y conseguir que el arte cumpla su función social; devolver la vida a la humanidad que se nos esconde.
